Largo adiós a la luz
Eugvene Bavcar
Ginebra con el águila
A los 8, una rama hirió su ojo izquierdo; un par de meses después, una granada (de esas que detonan con frecuencia en su natal Eslovenia) explotó cerca de él dañándole el ojo derecho. Los médicos al verlo, vaticinaron que perdería inevitablemente la vista. Gradualmente, la oscuridad fue ganando terreno. Durante esos meses, sus padres se dedicaron a darle de comer imágenes: álbumes fotográficos de la familia, atlas, enciclopedias, estampas, postales.
→A los 9 ya era ciego.
→A los 58, Evgene Bavcar es uno de los más importantes fotógrafos ciegos del mundo. Sus imágenes nacidas de la oscuridad parecen brotar de una honda necesidad por la imagen, el silencio solitario y oscuro del yo. Una casa de muñecas hecha de una caja de cartón ... vista táctil, donde las grapas, los rostros de plástico emergen súbitamente claras, brillantes... Esculturas renacentistas solarizadas con una especie de pluma que narra un manuscrito irregular, producto de un pulso firme, pero demasiado suave... Umberto Eco, la ruleta y el péndulo de foucault.
Ginebra con el águila
A los 8, una rama hirió su ojo izquierdo; un par de meses después, una granada (de esas que detonan con frecuencia en su natal Eslovenia) explotó cerca de él dañándole el ojo derecho. Los médicos al verlo, vaticinaron que perdería inevitablemente la vista. Gradualmente, la oscuridad fue ganando terreno. Durante esos meses, sus padres se dedicaron a darle de comer imágenes: álbumes fotográficos de la familia, atlas, enciclopedias, estampas, postales.
→A los 9 ya era ciego.
→A los 58, Evgene Bavcar es uno de los más importantes fotógrafos ciegos del mundo. Sus imágenes nacidas de la oscuridad parecen brotar de una honda necesidad por la imagen, el silencio solitario y oscuro del yo. Una casa de muñecas hecha de una caja de cartón ... vista táctil, donde las grapas, los rostros de plástico emergen súbitamente claras, brillantes... Esculturas renacentistas solarizadas con una especie de pluma que narra un manuscrito irregular, producto de un pulso firme, pero demasiado suave... Umberto Eco, la ruleta y el péndulo de foucault.
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