9.2.05

Hacia una lingüística del devenir

Una de las ramas de la futurología estudiaría el posible devenir de las palabras, con la clara misión de anticiparse al horizonte del conocimiento. Partamos de la premisa de que el saber sólo es tal si es expresable, de que no se puede conocer lo que no se puede expresar mediante la lengua. En pocas palabras, si no es decible, no es posible o al menos cognocible.

Pensemos en la Biotecnología, la Sociolingüística, el Psicoanálisis mismo, estos términos, moneda corriente de nuestro conocimiento actual, no existían hace tres o cuatro siglos. Se trata, sin duda de palabras expresables, fonéticamente posibles desde hace unos miles de años, aunque no tenemos la certeza de que en tiempos de Quevedo o Velázquez se dijeran con frecuencia, como tampoco podemos afirmar que no fueron dichas ya desde entonces o bien antes.

De la misma manera son ahora enunciables las prácticas del conocimiento futuro, las ciencias, métodos y productos del mañana. Puedo imaginar la líbidometría o la ciberscopía análitica, la espectrocardiología, la auromántica y la magnetocracia autoritativa.

Horizontes probables del reiterativo devenir humano...