24.2.05

Manifiesto (no quiero ser gordo)

Que el terrible malestar civilizatorio que nos agobia desde hace unos 3 mil años, es sólo sobrepeso.

Hemos heredado calorias culturales, desde nacer cargamos ya con una indigestión espiritual... que nos lleva a una acumulación glotona y enajenada. Sin embargo no es sólo un asunto de gula, también están los flacos, que son unos gordos soberbios. Bulímicos que pecan el viernes, descansan el sábado y van al templo el domingo. Almas anoréxicas, que se rehusan a alimentar la voluntad.

Tráfico del hambre, esclavitud de la solitaria, ama y señora de los hombres.