23.2.05

El cáncer

En las últimas semanas hemos tenido en casa más visitantes que de costumbre... o digamos que casi nunca nadie viene y que de repente cayeron a tertuliar amigos que no veo de años o de meses. Me sorprendió que muchos me salieran con el domingo 7 de que "ya no fumo" cuando les ofrecía un cigarrito cubano (Popular, Cohiba, Monterrey). Más que el hecho de que lo intenten, pretendan creérselo o que sincera y llanamente lo hayan logrado... me sorprende que sean tantos. La ideología del no fumador gana terreno a pasos agigantados.
En el Aeropuerto de Frankfurt, tras 16 horas de vuelo. SMOKING>. Un anuncio en tres idiomas señala una campana extractora sobre una salita circular, todo de plástico, transparente, muy estilizado, una campana. En el centro un gran cenicero negro como un agujero.
En Cuba, precisamente, camino a un centro de investigación y desarrollo de vacunas, un taxista me narró un milagro médico que había visto por la noche en la tele... "operaciones de pulgarización del dedo índice, hay qué verlo! Un niño que pierde el pulgar y mediante operaciones quirúrgicas le trasladan y le acortan el dedo índice para hacerle una bella manita de 4 dedos.
Una empleada telefónica que seguía disciplinadas dietas y rutinas aeróbicas me habló del Club de los 120. Una organización o un modelo (o una organización con un modelo) para que los practicantes vivan 120 años. Recuerda que tú eres lo que comes, decía; cada vez somos más, vaticinaba.
No puedo decir que me irrita, pero no trago aún la promesa mítica de la vida eterna... ni siquiera llevada a un plano prágmatico y alópata... 120 años de vacunas y pastillas. La utopía de la vida plena y prolongada a través del cuidado médico me parece una práctica de poder sobre los cuerpos, donde una institución, La Clínica, rige y modela los estilos de vida para que vivamos más y mejor. Noble misión. Para cumplirla un ejército blanco, miles de médicos cada año, motores de un circuito farmacoeconómico que genera riqueza y desarrollo.

La salud no es pública, sino aristócrata.
Yo prefiero el cáncer.